¿Cómo dejar de lado tus debilidades?
En los últimos años, se viene entendiendo que es más efectivo enfocarse en sacar el máximo provecho de las fortalezas que invertir recursos escasos en corregir debilidades. Esto es aplicable tanto a las empresas como a nosotros como profesionales, ya sea en carácter de empleados o de trabajadores independientes. Pero es un concepto contra-intuitivo para la gran mayoría de nosotros, ya que nos hemos acostumbrado desde niños a luchar contra las debilidades.
¿A qué nos referimos con «fortalezas»?
Comúnmente se entiende por fortalezas al conjunto de características destacadas y actividades que realizamos bien. Pero el concepto de fortalezas al cual nos referimos en este post es más abarcativo.
Definimos fortalezas como el conjunto de actividades que:
- Nos atraen; tenemos ganas de realizarlas, aún si nos genera nerviosismo previo o temor al fracaso.
- Ejecutamos bien, en general mejor que el promedio de las personas.
- Cuando las realizamos solemos concentrarnos y hasta perder la noción del tiempo.
- Sentimos que nos brindan energía, sensaciones positivas, aún cuando físicamente nos agoten.
- Querríamos perfeccionarnos y tener oportunidades de volver a realizarlas.
Por otro lado, definimos debilidades como aquellas actividades que:
- No disfrutamos, nos disgustan, nos generan emociones negativas.
- Preferiríamos que terminen rápido o que no tengamos que volver a realizarlas.
- Nos agotan mentalmente; nos quitan energía.
Es importante notar que una actividad que realizamos bien, no necesariamente es una fortaleza. Si no nos gusta, si no disfrutamos de su realización, es preferible dejarla de lado y concentrar nuestra vida en realizar las que sí constituyen fortalezas.
Un cambio de paradigma
Solemos invertir gran parte de nuestro tiempo en mejorar nuestras debilidades. En el mejor de los casos, de esta manera, podemos lograr realizarlas de manera mediocre, pero nunca vamos a poder destacarnos en ellas porque nos faltan los demás ingredientes clave para tener éxito verdadero: disfrute, interés, habilidades específicas.
En cambio, si invertimos el mismo tiempo en desarrollar aún más nuestras fortalezas existentes, podemos lograr destacarnos profesionalmente y disfrutar de una sensación de bienestar y logro, al realizar en el día a día un aporte único. Es decir, como nuestro lema en OrientaEuro, si logramos vivir de nuestra pasión (y talentos).
¿Realmente puedes dejar de lado tus debilidades?
Es importante que desarrollemos una carrera profesional coherente con nuestras fortalezas. Si la profesión o el puesto específico que pretendemos conseguir requieren la realización de muchas actividades que en nosotros son debilidades, estamos condenándonos al fracaso profesional y personal. Por eso es muy importante la identificación de nuestras fortalezas y debilidades, intereses, habilidades, etc., analizar su correspondencia o no con el área profesional en cuestión, y evitar seguir esa dirección. De allí queen los procesos personalizados de coaching profesional incluyamos entre los ejercicios a realizar en profundidad la identificación de fortalezas y debilidades.
Sin embargo, es muy dificil encontrar un trabajo en el cual el 100% del tiempo pongamos en práctica nuestras fortalezas. En esos casos, cuando la elección es “casi” perfecta, debemos buscar de manera creativa cómo transformar nuestras debilidades en irrelevantes:
- Conseguir que lo realice otro que sí tiene fortalezas en ello.
- Encontrar alguna manera diferente de lograr el mismo resultado pero realizando otras actividades donde sí tenemos fortalezas, o al menos no tenemos debilidades tan marcadas.
- Disminuir la frecuencia y duración de esas actividades, para poder luego abocarse a nuestras fortalezas.
- Aprender, en los casos donde no logramos resolverlo con los métodos anteriores, al menos hasta el nivel mínimo requerido para la realización de dichas actividades.
Cómo identificar concretamente tus fortalezas y debilidades
Durante una o dos semanas, describe las actividades realizadas a lo largo del día de la manera más concreta posible –pensando específicamente en qué circunstancias, bajo qué condiciones, para quién, por qué, dónde, de qué manera, etc..-, y marca en los casilleros las sensaciones que te generó cada una antes, durante y después de haberlas realizado:
Ejemplo de una fortaleza:
Ejemplo de una debilidad:
Finalmente, pasa en limpio aquellas actividades que son claramente en ti fortalezas y aquellas que sin lugar a dudas son debilidades. Las que tienen elementos de ambas o no generan en ti sensaciones importantes, pueden mantenerse de esta manera. Lo importante es que encuentres un camino profesional que el día a día te presente desafíos en los cuales puedas aprovechar muchas de tus fortalezas.
(Ejercicios y modelo basados en el trabajo del autor Marcus Buckingham)
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